ACUMAR clausuró una grasera en Máximo Paz
La Dirección de Fiscalización clausuró hoy un establecimiento alimenticio en las cercanías del arroyo Cañuelas que presentaba graves deficiencias ambientales.
Un equipo de inspectores de la Dirección de Fiscalización y Adecuación Ambiental, encabezado por el coordinador Miguel Sainz, realizó este mediodía un procedimiento que concluyó con la clausura total del establecimiento Proteinar S.A., dedicada a la producción de harinas y aceites para la industria alimenticia.
El operativo se llevó a cabo en las calles Asturias y Vicente Lauría de Máximo Paz, partido de Cañuelas, luego de una primera inspección realizada la semana pasada a raíz de una denuncia vecinal por fuertes olores provenientes, presuntamente, del establecimiento. En esa oportunidad se constató que la firma se encontraba operando, pero no se permitió la entrada de los inspectores.
La fiscalización de hoy contó con varios móviles del cuerpo de inspectores, acompañados de personal del área ambiental del municipio y de laboratoristas de AySA para la toma de muestra.
Este martes se pudo ingresar al lugar y constatar la falta de medidas de seguridad, prevención y cuidado del ambiente necesaria para operar. El subproducto generado, grasa animal, se encontraba disperso por todo el predio de unas 3 hectáreas, llegando incluso a encontrarse rastros de vuelco en el arroyo Cañuelas, distante a unos 100 metros del edifico principal de la empresa.
Desde la municipalidad de Cañuelas confirmaron que la empresa no cuenta con ningún tipo de habilitación comercial para operar, y las que tuvo en algún momento se encuentran vencidas.
Ante este escenario, ACUMAR decidió proceder a dictar la clausura total del establecimiento hasta tanto no regularice su situación y presente un plan de remediación del predio, un plan de producción, y una adecuación de los sistemas de vuelcos, acopio y recolección de los residuos que genere.
Según los responsables de atender al personal de ACUMAR y el municipio, la firma se encuentra en proceso de reapertura o reactivación, ya que durante mucho tiempo estuvo inactiva. Frente a esta situación se hace más imperante la necesidad de contar y adecuar las instalaciones para una correcta puesta en funciones.
ACUMAR viene desarrollando desde hace ya un tiempo un trabajo particularizado de control y fiscalización en la Cuenca Alta, identificando y promoviendo la regularización de aquellos establecimientos que operan fuera de los parámetros permitidos, para alcanzar los mejores niveles de calidad de agua en los arroyos subsidiarios del Río Matanza