Comenzamos un nuevo estudio de peces de la Cuenca
A partir del monitoreo de estas especies obtenemos información tanto sobre su diversidad, como del estado de la calidad ambiental de los arroyos de toda la Cuenca Matanza Riachuelo.
Iniciamos el estudio de ictiofauna en 34 puntos de Cuenca Baja, Media y Alta, que permitirá conocer, a través del análisis de los peces encontrados, tanto la cantidad y variedad de especies como las condiciones ambientales de los diferentes arroyos que habitan. De esta manera, se retomó un trabajo iniciado entre 2014 y 2015, al que se le dará continuidad.
A través de estos estudios, que se realizan con frecuencia semestral, se determina la diversidad y situación poblacional de peces de los arroyos muestreados en toda la Cuenca. El trabajo consta de capturas en campo y determinación de especies en laboratorio, donde se establece también su grado de tolerancia a las distintas condiciones ambientales de los lugares donde se encuentran.
De esta manera, se obtiene una clasificación en especies muy tolerantes, tolerantes y sensibles, que, a su vez, permiten valorar ecológicamente los ambientes en donde se encuentran. En líneas generales, la existencia de una especie sensible a las condiciones ambientales indica que el ambiente donde vive está en un mejor estado que otro lugar donde solo encontramos especies muy tolerantes.
Durante la última campaña realizada en la Cuenca, en 2015, se encontraron 24 especies de peces, distribuidas en 12 familias. En esa ocasión se pudieron observar sábalos, bagres, panzuditos, mojarras y cascarudos, entre otras variedades típicas de estos arroyos.
Este monitoreo se realiza articuladamente entre biólogos de ACUMAR y del Instituto de Limnología “Dr. Raúl A. Ringuelet”-ILPLA (CONICET-UNLP) de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata.
El estudio nos permite conocer la diversidad de peces de la Cuenca, su situación poblacional, su composición específica y riqueza, al mismo tiempo que obtenemos información acerca del estado del ambiente, ya que los peces son indicadores biológicos. Los datos, información y conocimientos adquiridos en estos monitoreos favorecen el diseño de mejores medidas de manejo y gestión de los ambientes muestreados.