Una Cuenca integrada y un ambiente justo
Hace 12 años, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó mejorar la calidad de vida en la Cuenca Matanza Riachuelo, recomponer el ambiente y prevenir el daño futuro. Con este objetivo, se impulsó una política de Estado innovadora en lo que refiere a temas ambientales. De esta manera, se afirmó el derecho a un ambiente sano y el impulso de instrumentos de política ambiental en la Cuenca.
Por Antolín Magallanes *
Este nuevo aniversario del fallo de la Corte, tiene lugar en un contexto que nadie esperaba, de pandemia, de cuarentena, de aislamiento social, de incertidumbre. Las condiciones de vida dignas son hoy más que nunca una tarea pendiente y urgente con nuestra población.
Hace seis meses que asumimos esta nueva gestión y hemos podido diagnosticar que la trayectoria de ACUMAR ha tenido luces y sombras, pero que aún sigue presente la marca de una política pública que ha dejado huella y vigencia, tanto en ACUMAR, como en la Provincia de Buenos Aires, sus catorce municipios involucrados y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esa marca se observa en el abordaje de sus principales problemas ambientales.
El control de las actividades productivas para evitar la contaminación, la puesta en marcha de obras que permitan el acceso al agua potable y cloacas, el fortalecimiento del servicio de saneamiento, el control de basurales, la limpieza del espejo de agua, además de políticas de educación y salud ambiental, son algunas de las principales líneas de trabajo que llevamos adelante para mejorar el ambiente en nuestra Cuenca.
Con esfuerzo y voluntad, las y los vecinos y funcionarios generaron muchas veces trabajosos consensos en las situaciones de mayor injusticia ambiental, mejorando el hábitat y el acceso a la vivienda. Sabemos que aún falta mucho, pero hay un camino a seguir, profundizar y mejorar, entendiendo el alto compromiso de la deuda existente.
Un contexto inédito
A los tres meses de comenzar la gestión, debimos asumir la pandemia que asola al mundo y a la Argentina. No obstante, hemos redoblado esfuerzos para hacer de ella una oportunidad. La pandemia nos dio impulso para recomponer nuestras políticas de salud, recuperando elementos distintivos de la gestión de ACUMAR, como las Unidades Sanitarias Móviles, la presencia en la gestión del Hospital Néstor Kirchner en Cuenca Alta, y poder desplegar una importante y articulada acción en la Cuenca, conjuntamente con los ministerios de Salud de cada jurisdicción y con cada municipio.
Las y los trabajadores de ACUMAR, profesionales, técnicos, administrativos, jurídicos, logística, mantenimiento y especialmente el personal de salud, han demostrado un compromiso invaluable en las tareas de prevención en los territorios más vulnerables y donde más esperan de nuestra ayuda. Asimismo, pudimos realizar un mapa con las prioridades de gestión a desarrollar, a través del diálogo con municipios, autoridades nacionales y distintos actores sociales.
La Cuenca que queremos
Tenemos claridad en la idea de preservar aquellos servicios ambientales insustituibles de la Cuenca, los que conocemos como humedales o lagunas, donde debemos restaurar ecosistemas, a través del manejo y la participación de la comunidad organizada.
Hemos comprendido que la Cuenca debe lograr ser verde y sustentable. Para eso, es preciso promover una transición ecológica, donde la cultura, el patrimonio ambiental y construido sean los valores de identidad, incorporando como novedad el impulso de la economía circular, la agroecología y el empleo verde. La recuperación de nuestro río debe expresar esas riquezas tanto tangibles como intangibles, en el paisaje que empieza a aparecer.
Entendemos que la particularidad de cada arroyo y de su cauce principal deben tener una intervención integral de todas las áreas de ACUMAR, así como el insustituible derecho de recuperar el paisaje, la flora y la fauna nativa de la eco-región.
Para lograr esos objetivos, en estos pocos meses convocamos a distintos actores que, a través del trabajo en red, están haciendo sus aportes innovadores a la gestión social, educativa, científica y empresarial. Tres pilares básicos nos animan: participación social, innovación y conocimiento, para tener audacia y seguridad a la hora de tomar decisiones en la gestión.
Nos proponemos trabajar con el objetivo de vislumbrar un horizonte que nos permita ir construyendo un camino, seguro, preciso y cada vez más previsible. Queremos situar nuestra gestión en garantizar una mejor calidad de vida en la Cuenca, por eso nos abrimos a la discusión y construcción de las herramientas que nos lleven a ese objetivo.
Debemos acordar modos de búsqueda, promoviendo el diálogo con las y los distintos sujetos interesados, a quienes les pedimos que participen, con espíritu crítico y colaborativo, dentro del encuentro que debemos construir de modo solidario e inclusivo.
Muchas y muchos han esperado superar la adversidad en estos doce y más años. Por eso entendemos que esa razón es más que suficiente para trabajar por una Cuenca integrada, en un ambiente justo.
*Director General de Gestión Política y Social de ACUMAR.