Complementando las EISAAR, en función del análisis de las fuentes de datos secundarias, las entrevistas a referentes barriales y de las encuestas de los hogares relevados, se define la necesidad de realizar operativos toxicológicos con dosaje de plomo en sangre y/o búsqueda de biomarcadores en orina.
Se buscan técnicas que permitan conocer, en el menor tiempo posible y de la forma menos invasiva para los vecinos de la Cuenca Matanza Riachuelo, las fuentes de exposición y puntos críticos ambientales. En este punto, se comenzó a utilizar un autoanalizador portátil de metales en diferentes fases, que permite medir los metales pesados, por ejemplo en suelos donde hay sospecha de contaminación. El funcionamiento de este equipo portátil se fundamenta en la Espectrometría de Fluorescencia de Rayos X (EFR–X), lo que permite medir las concentraciones de casi 40 metales, como el plomo, que emiten una fluorescencia característica a partir de la exposición a rayos x.
Los resultados que arroja este dispositivo no solo permiten realizar características de los terrenos, sino también poner en marcha estrategias de prevención e intervenciones que incrementen las medidas de protección de la población ante fuentes de exposición.