El MaRSA es complementado por el Mapa Epidemiológico Ambiental, que permite realizar el análisis de la distribución geográfica de las enfermedades con relación a la exposición ambiental y posibles contaminantes.
Cabe destacar que la metodología con la que se elaboró el MaRSA, así como la que se desarrolla en las EISAAR para la confección del Mapa Epidemiológico Ambiental, y la que se utiliza para realizar los mapeos participativos, fueron validadas en distintos eventos con Sociedades Científicas (Asociación Toxicológica Argentina, Sociedad Iberoamericana de Salud Ambiental, Sociedad Española de Sanidad Ambiental, Sociedad Argentina de Pediatría, Sociedad Argentina de Medicina, Sociedad de Análisis de Riesgo Latinoamericana), con los Centros Colaboradores de OPS/OMS para Salud Ambiental Infantil (México) y para Toxicología Ambiental Humana (Montevideo), con Centros Universitarios del país y del exterior (Universidad de Buenos Aires, Universidad Complutense de Madrid, Universidad Autónoma de San Luis Potosí – México, Universidad Autónoma de México, Universidad de la República de Uruguay).
También algunos de estos procesos han sido objeto de proyectos de investigación de Salud Investiga y de la Universidad de Buenos Aires. Finalmente, en el Congreso Iberoamericano de Salud Ambiental y Toxicología realizado en Santa Fe en septiembre de 2017, se le otorgó a la DSyEA el “Premio Dra. Alicia Ronco” en el “Área Gestión Ambiental” por el trabajo presentado denominado “Desarrollo de una metodología de evaluación de riesgos para la salud ambiental en la cuenca Matanza – Riachuelo”.
Se trabajó sobre un listado presentado por la OMS en el año 2016, resultado de una revisión sistemática con la estimación de la carga ambiental atribuida a algunas enfermedades (entendida como la reducción proporcional de muerte o enfermedad que se produciría si la exposición a un riesgo ambiental fuera suprimida o reducida). A partir de este listado de la OMS, las Sociedades Científicas junto con la DSyEA elaboraron la lista de enfermedades con carga ambiental para la CMR.
En el consenso entre la DSyEA y las Sociedades Científicas, se estableció que el conocimiento de la toxicología ambiental, médica y analítica hacen posible sospechar y confirmar que las enfermedades tienen una etiología basada en la contaminación química ambiental, cuando los biomarcadores específicos, de exposición o de efecto, la confirman y se han descartado otras fuentes, como la laboral.
Asimismo se señaló que, en aquellos casos en los que no se cuenta con dicho biomarcador de exposición o de efecto, se puede sospechar una causa ambiental de la enfermedad cuando se correlaciona la exposición a una sustancia o agente, la vía, la ruta y el tiempo de dicha exposición, con las manifestaciones clínicas.
Se señaló en dicho documento, la existencia de patologías, clasificadas como ambientales, para las cuales es prácticamente imposible demostrar la exposición a nivel del individuo al agente contaminante o que la misma es la única causa de su enfermedad, pero es posible la evaluación de los grupos poblacionales de expuestos a una misma fuente (Ej: asma y contaminación atmosférica, déficit en el neurodesarrollo y exposición a plomo). La información sobre la incidencia de enfermedades, así como las causas de muertes, son analizadas y consolidadas en la Secretaría de Salud del Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación.
Sin embargo, tanto la información proveniente de las estadísticas vitales (nacimientos y defunciones) de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) de la Secretaría de Salud del Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación, así como la información epidemiológica del registro de enfermedades de notificación obligatoria del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) de la Dirección de Epidemiología de la misma secretaría, sólo permiten la desagregación de la información hasta nivel de municipio, lo cual imposibilita el análisis necesario georreferenciado de eventos de salud y su posible relación con la contaminación ambiental.
Asimismo, otros registros sensibles para conocer la distribución de enfermedades relacionadas con el ambiente como la patología tumoral (recabada a través del Instituto Nacional del Cáncer –INC-), el Registro Nacional de Anomalías Congénitas (RENAC) también de la Secretaría de Salud del Ministerio de Salud y Acción Social, tienen el limitante de referir la información al centro de registro y no a la localidad de origen de los pacientes, con el agravante de que no todos los efectores de salud reportan a estos sistemas descriptos.