Las variables a considerar y sus posibles indicadores, se definieron en función a los criterios de disponibilidad de información, nivel de desagregación e importancia para las políticas públicas.
Luego de la selección de las variables se determinó el agrupamiento conformando dos unidades temáticas: vulnerabilidad y amenazas. Los Indicadores de Vulnerabilidad evidencian la incapacidad de la comunidad para responder de manera adecuada ante un riesgo determinado (Wilches Chaux, 1993). Los Indicadores de Amenazas evidencian las alteraciones ambientales dadas por la presencia de factores químicos, físicos o biológicos que pueden considerarse una amenaza (Díaz Barriga, 1999).
De esta manera se estimaron:
Vulnerabilidad= (CH + EP + EyE + GEV + AS)
Vulnerabilidades = Condiciones de Hábitat + Establecimientos Públicos + Educación y Empleo + Grupos Etarios Vulnerable + Acceso a Servicios.
Amenazas = (EF + Asup + Asub + I + R + PA + AA + V)
Amenazas = Establecimientos Fiscalizados + Agua Superficial + Agua Subterránea + Inundaciones + Residuos + Pasivos Ambientales + Actividad Agrícola + Cercanía a vialidades
A partir de los indicadores de vulnerabilidad y amenazas se estableció una medida de previsión del riesgo socio-sanitario-ambiental (Tabla 4). La literatura científica identifica a la vulnerabilidad como un modificador de la amenaza, por lo cual se propuso la multiplicación de estas dos categorías para el cálculo de riesgo. Las Amenazas son el multiplicando, las Vulnerabilidades el multiplicador y el Riesgo es el producto.
Riesgo = Vulnerabilidades x Amenazas