29 de julio: Día de la Cultura Nacional
La Cuenca Matanza Riachuelo fue el escenario de procesos fundamentales de la historia y la cultura argentina. Hoy, desde ACUMAR promovemos y difundimos proyectos vinculados al patrimonio histórico y la cultura de este lugar.
Desde la recientemente creada Coordinación de Cultura y Patrimonio, impulsamos proyectos vinculados a la historia y la cultura en la Cuenca Matanza Riachuelo, para promover el fortalecimiento comunitario y nuevas miradas e imaginarios en el territorio que aporten a su recuperación.
A través de relatos orales y de investigaciones científicas, hoy se sabe que comunidades de pueblos originarios habitaron y desarrollaron su cultura en la Cuenca. Más tarde, con la fundación de Buenos Aires y su puerto, en 1536, la Cuenca Baja fue eje del crecimiento económico de la región, asociado a la actividad agroganadera, la expansión de la red ferroviaria, la inmigración y el desarrollo industrial.
Los numerosos centros culturales, museos, sitios patrimoniales, galerías de arte que tienen sede en sus márgenes, dan cuenta de la gran expresión artística cultural de la zona. Quizás Quinquela Martín sea el más nombrado, pero otras y otros artistas, tomaron y siguen tomando al río, los arroyos y los paisajes naturales, rurales, urbanos y de barriadas populares, como inspiración.
El desafío de integrar el territorio para promover prácticas transformadoras, tiene al arte y la cultura como dimensiones centrales para impulsar la identidad de la Cuenca. Revertir los problemas ambientales requiere trabajar en el orden de los hechos concretos y las obras de infraestructura, pero del mismo modo requiere trabajar en la complejidad del nivel simbólico.
Por eso, la cultura, entendida como prácticas, hábitos, modos de ver y habitar, tendrá mucho que aportar en el proceso de saneamiento. Los clubes de fútbol, los clubes de remo, la cultura del trabajo, industrial, obrera, portuaria que han tenido lugar en ese territorio a lo largo de la historia, son manifestaciones que aún persisten y que pueden, al igual que el río, ser puestas en valor.
De la bohemia del sur de la ciudad, al arte de las villas, los asentamientos y las barriadas populares del conurbano bonaerense. De los conventillos de La Boca o de Maciel, las casillas de chapa y madera a los márgenes de un arroyo o las casonas viejas de las zonas más rurales de la Cuenca. Todos esos lugares y paisajes encierran numerosas historias y expresiones culturales, populares y comunitarias que queremos potenciar.
Cultura y Patrimonio, aliados en el proceso de recuperación
Nuevas miradas son necesarias para poder acompañar el proceso de recuperación de la Cuenca que ACUMAR lleva adelante. La arquitectura, la música, la pintura, la fotografía, la literatura, y tantas otras disciplinas son aliadas necesarias para impulsar nuevos imaginarios sobre el territorio, que nos inviten a pensar que un río sano y disfrutable es posible.
En este sentido, uno de los proyectos que hoy se encuentra abierto a la participación de la comunidad es el Concurso de Ensayos “Una Cuenca por descubrir. 2020”, una convocatoria que impulsamos junto a la Universidad Nacional de Lanús, que invita a presentar todo tipo de creaciones escritas no ficcionales –ensayos, crónicas y testimonios, así como proyectos de gestión y recuperación de sitios patrimoniales- referidas al territorio de la Cuenca. También estamos desarrollando, diseñando y construyendo, un Catálogo con información de más de 200 sitios patrimoniales que se encuentran en este territorio, el mismo se está difundiendo a través de las redes sociales de ACUMAR,