“Soy la super heroína de mis hijos”
El #8M fue el Día de la Mujer Trabajadora. En ese marco, durante el mes de marzo vamos a seguir compartiendo entrevistas a mujeres trabajadoras de ACUMAR. Hoy: Ivana Muñoz.
La mayor parte de su trabajo transcurre en la calle, recorriendo empresas o establecimientos industriales ubicados en la Cuenca. Es técnica química y una de las tres mujeres inspectoras que tiene el organismo. Ivana Muñoz es trabajadora de ACUMAR desde 2011. Dice que no hay impedimentos para que las mujeres sean inspectoras, pero cree que no es un trabajo que les guste hacer a la mayoría porque hay que estar mucho tiempo fuera de la oficina, que es una elección.
Cuenta cómo es un día típico de trabajo: “Llego a la mañana y tengo un correo con las empresas que tengo que inspeccionar. Veo el historial de esa empresa, para saber en qué condiciones está, si tiene clausuras, si tiene levantamientos, está en PRI (Programa de Reconversión Industrial). Puede ser Cuenca Alta, Media o Baja. Llego al lugar, me presento con la credencial, y le digo los puntos a relevar. Una vez que tenemos identificado qué es lo que generan vemos si los residuos están acopiados según la normativa vigente, si tienen planta de tratamiento y si está en funcionamiento. Controlamos el vuelco y tomamos muestra del efluente líquido. Además, se verifican los puntos de generación de emisiones gaseosas. Dentro de ese marco, percibimos si hay una irregularidad. Dejamos todo constatado”.
Ivana dice que las personas a cargo de las empresas a veces reaccionan mal cuando va a inspeccionar, y que ella y varios de sus compañeros sufrieron inseguridad. “Una vez me dejaron encerrada en un cuarto”, rememora. Explica que no cree que ella esté más expuesta por ser mujer, que hace su trabajo igual que los hombres: “Trato de decirles que soy empleada y estoy haciendo mi trabajo. Que vamos a controlar que esté todo en regla. Los problemas de inseguridad pueden ser más allá de si soy mujer, a veces con los hombres se animan a ser más violentos, a mí me tienen más respeto, yo hablo con respeto y espero el mismo trato. También estamos expuestos a las reacciones de la gente que trabaja en las empresas, como una vez que empezaron a golpear todos los cuchillos”.
Dice que, a pesar de todo, le encanta su trabajo. Para ella es gratificante ver cómo mejoró el río estos años y cómo fue posible que las empresas dejaran de contaminar. “Soy la super heroína de mis hijos, me dibujan con una escoba limpiando el río”, asegura orgullosa. A pesar de los avances para las mujeres, la redistribución de las tareas de cuidado todavía no es equitativa. “Necesito salir temprano y llegar a casa para estar con mis hijos”, afirma.
-¿Te sentiste alguna vez discriminada en tu trabajo por ser mujer?
– No lo sentí nunca en mi trabajo diario cuando voy a las empresas. Lo que sí pasa es que la ropa es toda de hombre y las camperas me quedan gigantes. Al momento de dar cargo, también hay diferencias.