“Nos están empezando a dar los lugares de decisión”
El #8M es el Día de la Mujer Trabajadora. En ese marco durante el mes de marzo vamos a estar compartiendo entrevistas a mujeres trabajadoras de ACUMAR. Hoy: Eugenia Palacio.
Es trabajadora social y una de las mujeres que todos los días trabajan para hacer que la Cuenca Matanza Riachuelo sea un lugar más habitable para vivir. Eugenia Palacio entró a ACUMAR en 2012 y recorre las calles de los barrios para hablar con los vecinos y vecinas y acercarles una solución. Se desempeña en la Dirección de Ordenamiento Territorial, primero en las relocalizaciones de las familias que debieron dejar sus viviendas a la vera del río y mudarse a complejos habitacionales con todos los servicios, y en la actualidad en el programa de conexiones intradomiciliarias, que consiste en conectar las casas a la red de cloacas de AySA, a través de facilidades económicas.
“Fue una experiencia grata, pero con bastante trabajo, porque lleva mucha previa antes de llegar a la mudanza de los vecinos, reuniones, mesas de trabajo, caminar el barrio y conocer a los vecinos y vecinas. Nosotras dábamos el punto de vista de ACUMAR, sobre las prioridades de mudanza, si había una familia numerosa que no se la separe. También nos encargábamos de resolver conflictos entre los habitantes y controlábamos que estén todos los servicios funcionando”, asegura sobre su trabajo en las relocalizaciones.
Trabajo cotidiano
La Biblioteca Popular Roberto Arlt en Villa Fiorito, en Lomas de Zamora, es el punto de encuentro, donde hace base con sus compañeras trabajadoras. Son todas mujeres que trabajan juntas. “El equipo está conformado todo por mujeres, lo que fue un gran desafío porque consistió en liderar y trabajar con un equipo de personas que no nos conocíamos, tratando de sacar lo mejor. Escribimos los formularios, letra por letra, fue ensayo y error. Llegamos a este punto de tener 313 conexiones cerradas y más del 70% de aceptación en Villa Fiorito”, afirma Eugenia.
El trabajo que realizan consiste en acercarles al vecino o vecina el beneficio de conectar toda la casa a la red cloacal, a un precio 90% menor, con 60 cuotas fijas. El Estado se encarga de realizar la red general, pero la particular de cada casa se hace en forma privada, por eso se realiza este programa, para que puedan costearlo. La trabajadora social explica: “Con esto logramos que la planta de Fiorito tenga materia prima para poder trabajar, que los efluentes cloacales no caigan directamente en el Riachuelo. Desde el equipo social acompañamos al vecino desde el principio del programa explicándole de qué se trata durante todo el proceso, los instaladores, los arquitectos y ellos y ellas. Y ahora estamos implementando una encuesta post obra, para seguir mejorando la intervención”.
-¿Qué implica ser mujer para desarrollar tu trabajo?
-Siempre se relaciona el ser mujer con el trabajo social. Organizar un trabajo en un barrio es un trabajo que nos dan fácil, es de fácil acceso para nosotras. Recién estamos viendo que nos están dando un lugar de decisión, ocupar un cargo. Siempre los lugares que implican decidir los ocupaban los hombres y ahora se está modificando. En los barrios todavía seguimos viendo, es algo cultural, que, si vamos caminando con un varón, el vecino y vecina se acerca y siempre le consulta al varón, es muy llamativo, porque forma parte de ir deconstruyendo estas ideas populares de quién lleva el mando. Nosotras proponemos un liderazgo más horizontal y no tan verticalista, compartido por todas.
Eugenia sabe que las cosas están cambiando, que el camino hacia la igualdad es largo, pero se va achicando cada vez más. Reflexiona: “Es un momento crítico y hermoso de la sociedad, lo estamos viendo en todas partes. Estamos destruyendo ese mito de la competencia entre las mujeres también. Ahora noto más cercanía y solidaridad con las compañeras y eso me encanta”.