Más del 80% de la contaminación orgánica del Riachuelo es cloacal.
Por día se vuelcan al río 192 mil m3 de vertidos cloacales el equivalente a 9600 camiones atmosféricos según los monitoreos y análisis del organismo. Conocé las consecuencias para el ambiente, la salud de los habitantes y también las soluciones que ya están en marcha.
Hace más de 10 años ACUMAR realiza análisis periódicos que permiten evaluar el estado del agua del Matanza Riachuelo y sus afluentes.
En la actualidad, estos monitoreos señalan que, junto a los residuos sólidos urbanos y a la actividad industrial fuera de norma, una de las fuentes más trascendente de contaminación de los cursos de agua de la Cuenca Matanza Riachuelo es la materia orgánica, la cual puede provenir tanto de efluentes cloacales domésticos, descargas pluviales como de vertidos de distintas industrias, entre otros.
Para poder explicar adecuadamente de dónde provienen estos vuelcos, ACUMAR utiliza modelos matemáticos que combinan datos surgidos de los monitoreos de agua, de la información meteorológica, de los aportes puntuales identificados (origen industrial o de plantas de tratamiento cloacal), los resultados de los operativos de control y fiscalización, los datos sobre población en áreas urbanizadas (con y sin servicio cloacal).
Este análisis de datos permite a la Autoridad de Cuenca conocer que una parte relevante de la carga orgánica, el 85%, proviene del aporte de descargas cloacales. Esto significa que diariamente 192 mil m3 de vertidos cloacales, el equivalente a 9600 camiones atmosféricos son volcados al curso del río sin tratamiento previo.
Al hablar de materia orgánica hacemos referencia a la presencia de elevadas concentraciones de distintos compuestos (principalmente carbono) degradables a través de procesos biológicos. El parámetro mediante el cual se mide es la Demanda Biológica de Oxígeno (DBO).
Los efluentes cloacales tienen por su naturaleza una gran cantidad de materia orgánica que requiere importantes sumas de oxígeno para ser degradada. Cuando son arrojados sin tratamiento previo provocan una disminución del oxígeno en los cursos de agua y aportan una cantidad excesiva de nutrientes generando serias consecuencias en el desarrollo de la vida natural.
Las bacterias y microorganismos presentes en estos vertidos representan un riesgo directo para la salud de los habitantes que se ve potenciado en los sectores que no cuentan con acceso al servicio de agua potable ya que en estos casos el agua para uso doméstico se obtiene de la napa subterránea. Las enfermedades más comunes asociadas a esta situación de vulnerabilidad son las gastrointestinales, estomacales, parasitarias e infecciones en la piel.
Para alcanzar una solución a esta problemática, ACUMAR trabaja en tres ejes fundamentales:
- realizando el seguimiento de las grandes obras de infraestructura,
- promoviendo las conexiones intradomiciliarias adecuadas
- controlando que los sujetos alcanzado por la normativa respeten las limitaciones de vuelco.
La falta de cobertura pasa a ser uno de los puntos más importantes a resolver.
Según las empresas que tienen a cargo la concesión de los servicios de agua y cloacas en la Cuenca Matanza Riachuelo, AySA y ABSA, un 51% de la población aún no cuenta con una conexión formal a la red, lo que contribuye de manera notable a la contaminación del río. ACUMAR trabaja junto a las empresas prestatarias verificando y ejecutando la realización de obras básicas necesarias para avanzar con la cobertura.
Según el modelo matemático, la cobertura de conexión a la red de cloacas deberá superar el 90% para que se visualicen mejoras en las mediciones de calidad de agua del río y se alcance el valor de USO IV de calidad de agua del río, o sea, un río apto para actividades recreativas pasivas (meta que ACUMAR fijó para los cursos de agua superficial de la Cuenca).
En esta línea, una de las iniciativas con mayor proyección de impacto positivo en el saneamiento del río es el Sistema Riachuelo. Llevada adelante por AySA, esta megaobra de infraestructura va a permitir solucionar integralmente la capacidad de transporte de desagües cloacales en el área metropolitana a través de la mejora en la calidad del servicio para más de 4.3 millones de personas y la futura incorporación de 1.5 millones de vecinos a la red. Se compone por varias obras complementarias, más de 30 km de túneles que recolectarán desagües cloacales, pluviales en tiempo seco y arroyos; varias plantas de tratamiento y un emisario subfluvial que volcará los líquidos ya tratados al Río de la Plata, a 12 km de la costa.
Además de esta iniciativa, los trabajos se complementan en toda la Cuenca con la construcción y ampliación de plantas de tratamiento y la expansión de la infraestructura de transporte (redes y estaciones de bombeo) por parte de ambas empresas prestatarias y las jurisdicciones con competencia en el territorio. Se puede consultar su avance en el siguiente mapa
Una vez que la infraestructura cloacal troncal se encuentra disponible se debe procurar que la conexión que se realice en los domicilios sea la correcta para evitar impactos en la salud y la consecuente contaminación del cuerpo de agua receptor. Por este motivo, ACUMAR junto al Ministerio de Interior, Obras Públicas y Vivienda, promueve un programa especial de asistencia técnica y financiera, Mejor Hogar Cloacas, para facilitar la conexión de aquellos barrios de la Cuenca que presentan precariedad urbana y habitacional y dificultades para ejecutar correctamente las instalaciones sanitarias domiciliarias.
Finalmente la implementación del Sistema Riachuelo y de los planes previstos de expansión de servicios cloacales, son acompañados por los cada vez más restrictivos límites admisibles de descargas de efluentes líquidos de los establecimientos industriales y de servicios con vertidos a la Cuenca Hídrica Matanza Riachuelo establecidos en la normativa ambiental.
La Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo trabaja permanentemente en la actualización de los regímenes que regulan la actividad de los más de 5000 establecimientos que se encuentran en la Cuenca Matanza Riachuelo.