“Es fundamental que hoy exista el lactario en ACUMAR”
El #8M fue el Día de la Mujer Trabajadora. En ese marco, durante el mes de marzo vamos a seguir compartiendo entrevistas a mujeres trabajadoras de ACUMAR. Hoy: Yanil Hepp.
Desde que volvió a sus tareas laborales luego de su licencia por maternidad, trabaja lejos del centro de la ciudad, en un lugar tranquilo y alejado del ruido. Vive en Glew y va todos los días a la Unidad de Salud Ambiental de ACUMAR, ubicada en Alejandro Korn. Yanil Hepp es bióloga, recibida en la UBA, y forma parte de la Dirección de Salud y Educación Ambiental. Ahí realiza tareas de prevención de salud y riesgos ambientales. Lo que más le gusta es poder transmitir todo el aprendizaje a la población, poder ayudar y aplicarlo estando en territorio. “Se hicieron operativos en los barrios y a partir de eso surgieron problemáticas que relevamos, e intentamos resolver. Además, trabajo con un equipo que está en ACUMAR central y participó en el armado del MARSA (Mapa de Riesgo Sanitario Ambiental), elaboración de informes, y análisis de datos”, asegura.
Una de las tareas que recuerda con mayor satisfacción es cuando realizaron operativos en un merendero de Alejandro Korn. Yanil cuenta en qué consistió: “Armamos una mesa de gestión comunitaria con el municipio y de a poco fuimos intentado dar respuestas a las distintas problemáticas que fueron surgiendo. Se hicieron charlas de prevención de salud y campañas de vacunación, se creó una huerta comunitaria para mejorar la alimentación de los chicos, se armó una biblioteca popular, se consiguieron máquinas de coser para que las mujeres que trabajan en el merendero pudieran hacer mochilas y cartucheras, se hicieron mejoras edilicias y eso permitió que pueda funcionar como una sede del Plan Fines para terminar el secundario, que era una de las problemáticas relevadas en el barrio. Se hizo la puesta en valor de un terreno, se construyó una cancha y se plantaron árboles. Se tomaron muestras de agua y se mandaron a analizar”.
Madres trabajadoras
Ser madre y trabajar siguen siendo dos actividades difíciles de conjugar para las mujeres. La insuficiencia de las licencias por maternidad en los lugares de trabajo, ya que las mujeres tienen apenas 3 meses de licencia cuando la OMS recomienda 6 meses de lactancia exclusiva; la falta de lactarios o guarderías, y las represalias por tomarse más tiempo de licencia, de parte de hombres y mujeres, porque hay prácticas machistas instaladas y normalizadas. “Trabajé cuatro años en la Dirección de Calidad Ambiental, en monitoreo de agua superficial, después quedé embarazada y como vivía en Glew cuando me reincorporé de la licencia, empecé a gestionar el pase a la Dirección de Salud y Educación Ambiental, para viajar menos y estar más tiempo con mi nena, que a los 5 meses empezó 8 horas de guardería completa. Pero si le agregaba el viaje eran 12 horas fuera de casa, más amamantar. Por suerte, pude hacer el pase, así que desde 2017 trabajo en la Unidad Sanitaria de Alejandro Korn”, afirma.
-¿Cómo fue la vuelta al trabajo después de ser madre?
-Siempre estuvieron abiertos a escucharme. Cuando yo estaba amamantando no había un lugar físico para extraerse leche, creo que es fundamental que hoy en día exista el lactario. Por ley es obligatorio que exista ese espacio limpio y seguro para poder hacerlo, fue todo un avance. Me tomé los 3 meses de licencia y después enganché vacaciones. La licencia son 3 meses, pero te exigen tomarla un mes antes del parto. Hay horario reducido, pero seis horas más el viaje no te permite estar con tus hijos. Las licencias del hombre también son pocas y la mujer queda con el bebé y necesita ayuda en la casa. Además, de que el hombre tiene derecho a compartir más tiempo con su hijo también.